Procesionaria del pino
Comienza de nuevo el peligro para los animales de compañía.
Si un perro entra en contacto con una oruga se debe buscar atención veterinaria inmediata, por lo que hay que hacer una labor de concienciación e información de los propietarios para evitar accidentes que pueden ser mortales.
La procesionaria del pino es un peligro tóxico potencialmente mortal para los animales de compañía. El más mínimo contacto requiere la atención inmediata de un veterinario. Está muy extendida en los pinares de toda Europa y en concreto de la península ibérica y ya ha comenzado a descender de los árboles.
Los distintos ayuntamientos de España están actualmente finalizando los trabajos de control y reducción de la oruga procesionaria que se llevan a cabo en los parques y zonas verdes de las ciudades. Debido a las altas temperaturas y a la escasez de lluvias se ha adelantado la bajada de estos insectos de sus nidos con los riesgos que conlleva. Es fundamental que se realicen de forma sistemática medidas de prevención.
Trabajo de control durante todo el año
El trabajo de control consta de cuatro fases:
1º. Durante los meses de verano se colocan trampas con feromonas, que atraen y capturan a algunos ejemplares macho de la mariposa de la procesionaria y así evitar el apareamiento de la mariposa hembra. Se reduce por tanto la puesta de huevos
2º. En octubre - noviembre se tratan determinados árboles con endoterapia, introduciendo fitosanitarios autorizados en la savia de los árboles que llegan a las hojas de las que se alimentan las orugas y así mueren
3º. Retirada de los nidos durante enero y febrero con tijeras de pértiga o plataformas de poda
4º. En febrero se colocan anillos perimetrales alrededor de los troncos de los árboles, que impiden el descenso de las orugas al suelo.
Gran capacidad para generar daño
Estos insectos son extremadamente peligrosos, especialmente para los niños y los animales de compañía que, debido a la curiosidad que generan, pueden llegar a tocarlos con todos los riesgos que esto conlleva.
Si un perro entra en contacto con las orugas generalmente sufre la inflamación del hocico y la cara, picores intensos en las partes afectadas y abundante salivación. Si llegan a comérselas la ingestión del tóxico que lleva sus tricomas puede provocar la necrosis de lengua o garganta. Hay que acudir inmediatamente al veterinario.
La acción de este insecto puede tener efectos urticantes en personas y animales, provocando lesiones oculares, cutáneas o mucosas.
Influencia del cambio climático
El cambio climático está afectando
la presencia de la procesionaria del pino (umetopoea pityocampa Schiff.),
un organismo que se encuentra comúnmente en los pinares de Castilla-La Mancha y
del resto de la región mediterránea. Debido a la sequía y las altas
temperaturas, esta oruga está apareciendo cada vez más temprano, entre los
meses de enero y abril. Además, las condiciones climáticas de los últimos años
también han favorecido una abundante presencia de este lepidóptero en gran
parte de las masas de pinar de la región.
Es importante tener en cuenta que el cuerpo de estas orugas está recubierto por unos pelos urticantes que contienen una toxina termolábil llamada Thaumatopina, lo que provoca reacciones alérgicas en las personas y en el caso de los perros, cuando muerden o lamen uno de estos ejemplares, se intoxican de forma inmediata, lo que puede llegar a provocar la muerte del animal si no se actúa de forma rápida y eficaz. También los pelos urticantes se desprenden y flotan en el aire, lo que puede ocasionar irritación de ojos, oídos, nariz y garganta.
Desde los consejos veterinarios se recomienda evitar los paseos por zonas con pinos afectados durante estos meses; y en el caso de tener que transitar por estos caminos, supervisar con atención los movimientos de los niños y las mascotas, ya que pueden ser los más afectados. En caso de contacto con la oruga, hay que lavar la zona afectada del animal con agua caliente y llevarlo urgentemente a la clínica veterinaria más próxima.
Niveles de infestación de procesionaria en la CAM en 2024
Cabe destacar que durante los meses estivales las mariposas se aparean y depositan sus huevos en las acículas de los pinos, donde nacen las orugas y fabrican bolsones de seda para refugiarse durante el invierno. En la época más fría del año, la procesionaria del pino se mantiene en los bolsones alimentándose de las acículas. Cuando comienzan a subir las temperaturas, las orugas descienden de los árboles en fila para enterrarse bajo tierra y realizar la metamorfosis, y es precisamente en este punto donde resultan más peligrosas.